La mina de los Salvaterra






Mina de azufre Salvaterra

Ubicada cerca del volcán Puracé esta mina de explotación de azufre fue abierta por la familia Salvaterra en 1818 de la mano del Virrey Juan de Sámano; el propósito era dantesco pues lograr abrirla costó 22 años hasta que se logró consolidarla como una mina exitosa en la extracción del azufre.

La mina estuvo en control de la familia Salvaterra durante muchos años hasta que en los años cincuenta los indígenas se toman el territorio y expropian a la familia Salvaterra. Hoy en día la mina yace poco productiva.

1876: La casa de la familia Malba

Esta fue la casa de la familia que administró la Mina antes de que de ella se apoderaran los indígenas. Los Malba fueron una familia respetada por todos los habitantes del pueblo, incluso después de la extraña desaparición de la familia Salvaterra en 1876.

Los Malba durante años ostentaron el poder de la Mina y fue a ellos a quienes los indígenas expropiaron. José Malba en 1876 tenía nueve hijas, dentro de ellas una que se llamaba Sara de la que todos decían tenía tratos con la oscuridad y le atribuían poderes sobrenaturales. El respeto hacia esta familia tenía que ver con su poder económico, pero sobre todo por las habladurías de la gente de lo que los Malba podían hacer.

Casa de los Salvaterra


La familia Salvaterra construyó para 1868 una impresionante casona a unos tres kilómetros del caserío de los mineros. Es una casona imponente que la construyó Joshua Salvaterra como regalo para su nueva esposa Josefina de Salvaterra.

La Impresionante casona cuenta con dos accesos, el principal con una gran escalera en el jardín principal y el segundo acceso para el servicio que se encuentra por un callejón que conducía al caserío.

La Casona cuenta con dos grandes patios en los que los Salvaterra usualmente tomaban el desayuno. La edificación cuenta con 27 habitaciones y dos salones de comedor, una imponente cocina y diez servicios sanitarios. Cuentan que la familia Salvaterra tardó tres años en la construcción de la casona y que es un misterio lo que Joshua y su familia quería esconder en las entrañas del lugar. Trajeron un arquitecto de España para la construcción de la casona, don Emanuel Quinteto de la Espriella.



2012: Las Arboledas un pueblo restaurado

El pueblo desde los años noventa comenzó a prosperar por la cercanía de un inmenso lago al que llamaron "El buey" y que se convirtió en atractivo turístico en la región. Las Arboledas aún guarda en su arquitectura la historia de su fundación.

Es un pueblo azotado por la violencia y en sus calles no se habla mucho de nadie y mucho menos del vecino. Los habitantes son gente callada y una vez al año en el mes de octubte celebran la fiesta de la lluvia negra, pues cuentan que en el pueblo durante tres días llovió una especie de bebida natural mineral que bajó del cielo sin explicación alguna. Su plaza central se encuentra rota por los constantes movimientos telúricos a los que todos están acostumbrados.

1968: Las Arboledas un pueblo abandonado

Las Arboledas en este periodo de tiempo era reconocido como un pueblo, muchas familias ya veían crecer muchas generaciones en aquellas viejas casas que narraban de la historia de prosperidad del pueblo. Muchas otras familias se fueron dejando abandonado el pedazo de tierra que les pertenecía. Para este entonces el pueblo era tranquilo, cualquier podría decir que muy tranquilo que rayaba en lo misterioso. En el pueblo llovía con mucha frecuencia y las pocas familias que lo habitaban eran bastantes pobres y algunas vivían de la gloria del pasado. 

La descendientes de la familia Salvaterra no eran ni sombra de lo que en forma de leyendas se cuenta; en la actualidad los Salvaterra son personas extrañas encerradas en la inmensa casona que domina el paisaje en el pueblo.

1876: El origen de Las Arboledas

Este era el caserío que se construyó justo al lado de la entrada de la Mina de Explotación de Azufre "Salvaterra"; las familias de los mineros vivían en algunas casa improvisadas y cuando los hijos crecían no tenían opción de desarrollo. El caserío fue creciendo hasta que definió un total de 75 casas e igual número de familias.  Mientras la mina requería de más número de trabajadores el pequeño caserío iba creciendo. Durante muchos años vivieron sin párroco, sin Colegio y el cura que los visitaba venía desde Popayán y de viajar muchos días.

Las Arboledas fue llamado así porque los primeros trece trabajadores de la mina dormían en esteras debajo de árboles; al inicio se pedía ir a las "Arboledas" a despertar a los mineros para su jornada de trabajo. Los mineros venían de otros pueblos o caseríos y se quedaban tres días a trabajar y luego retornaban y subían otros, hasta que la familia tomó la decisión de construir el caserío.